Bajo el amparo de las diosas Luna, el reino de Feudom, fundado por los descendientes de las antiguas tribus widhta, tras la caída del Imperio elfo de Gae Assail, blande ahora el estandarte del Pueblo Elegido. Fiel a su destino, combate sin descanso con coraje y honor para lograr aquello que los elfos no pudieron: un reino eterno, gobernado por la Justicia y la Verdad supremas.
Pero alcanzar tal prosperidad no hubiera sido posible sin la presencia y fortaleza de sus caballeros, el brazo armado del reino, y sus sacerdotisas, combatientes que con sus plegarias y bendiciones les brindan protección y ensalzan todavía más las virtudes de estos honorables guerreros.Cuando los Caballeros defienden a un ser, su intención es proteger. No están interesados en ganar fama, intimidar a la población, o desmoralizar a sus enemigos, como es habitual en las eternas escaramuzas entre la nobleza y los feudales, las acciones de los Reyes para reafirmar su territorio, o las incursiones de los bárbaros.
No, los Caballeros están por encima de todo eso. Si te defienden, será para proteger tu vida... luego pasarán rápidamente a su próximo afortunado protegido. Los Caballeros, orgullosos de cumplir con el más excelso de los códigos de caballería, no dudarán en morir por hacer lo correcto, ya sea proteger a los inocentes o defender a su señor, al reino o a su propia persona. Y es que un Caballero es, por encima de todo, un valiente y una persona de palabra y honor. Quienes combaten a su lado saben que no los abandonará, no los traicionará y no huirá en medio de la batalla, porque no existe enemigo ante el que un Caballero se amilane ni escaramuza o algarada en la que su coraje flaquee.Claves de la nación
Los caballeros, orgullosos de cumplir con el más excelso de los códigos de caballería, no dudarán en morir por hacer lo correcto, ya sea proteger a los inocentes o defender a su señor, al reino o a su propia persona.
Y es que un caballero es, por encima de todo, un valiente y una persona de palabra y honor. Quienes combaten a su lado saben que no los abandonará, no los traicionará y no huirá en medio de la batalla, porque no existe enemigo ante el que un caballero se amilane ni escaramuza o algarada en la que su coraje flaqueeMenos pendencieras que los caballeros de Feudom pero igual de implacables, las sacerdotisas cuentan con el poder de invocar a las diosas y obtener su respuesta a través de fórmulas de culto como oraciones, salmos y bendiciones. Por ese motivo, la sola presencia de una sacerdotisa entre los caballeros en el campo de batalla perturba tanto a los enemigos. Con solo unas palabras, las sacerdotisas pueden incrementar la fuerza de los guerreros, curar las heridas para que el combatiente no tenga que retirarse de la lucha y crear halos de protección infranqueables.
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