LINDWURM
Lindwurm, el hermoso mundo bajo cuya corteza terrestre subyace el oricalco, un mineral en el que resuena vibrante la magia de los cuerpos celestes, contempla cómo el equilibrio de poder alcanzado durante los últimos siglos entre los pueblos y naciones que lo conforman comienza a resquebrajarse. Y todos están dispuestos a aprovecharlo.
El momento es perfecto. El potencial mágico del oricalco se intensifica cuando se aproxima Warcrow: una estrella cuya pureza provoca el ascenso y caída de los denominados ciclos de la magia, que se repiten cada miles de años. Sometido a ellos, Lindwurm todavía conserva los vestigios de una antigua y misteriosa civilización que desapareció hace milenios, así como los restos de la guerra civil que puso fin al Imperio elfo que la sucedió. Desde entonces el mundo ha cambiado…
¡CONOCE LAS ESPECIES!
Durante milenios los Elfos dominaron Lindwurm bajo el auspicio del auge de la magia provocado por Warcrow. Ese dominio, con el paso del tiempo y el alejamiento de Warcrow, decayó en favor de los humanos que pronto se expandieron constituyendo dos grandes potencias: la Hegemonía de Embersig y Feudom.
Los humanos comenzaron a multiplicarse como una plaga, y empezaron a combatir sin descanso por las tierras anexas a su territorio cuando este se les quedaba pequeño.
Algunos humanos antiguos ciudadanos de Feudom, de la Hegemonía de Embersig o de la Alianza de Mercaderes, ante lo que consideraron una sociedad injusta, decidieron abandonar los asentamientos humanos y acompañar a los elfos mente oscura para luchar por su lugar en el mundo.
Aguerridos, arteros, trabajadores, familiares y protectores, los enanos han estado ligados a esta tierra desde el inicio de los tiempos. El Plan Rector que llevan milenios ejecutando dará sus frutos en breve, y pronto el resto de naciones comprenderán que serán los enanos quienes se impongan en el presente ciclo de la magia, para iluminar y gobernar con su sabiduría y astucia el mundo. Porque ellos son los cronistas del pasado, los guerreros del presente y los dueños del destino de Lindwurm.
Aguerridos, arteros, trabajadores, familiares y protectores, los enanos han estado ligados a esta tierra desde el inicio de los tiempos. El Plan Rector que llevan milenios ejecutando dará sus frutos en breve, y pronto el resto de naciones comprenderán que serán los enanos quienes se impongan en el presente ciclo de la magia, para iluminar y gobernar con su sabiduría y astucia el mundo. Porque ellos son los cronistas del pasado, los guerreros del presente y los dueños del destino de Lindwurm.
Una guerra civil entre elfos desencadenó su escisión y la creación de facciones diferenciadas, los Sÿenann, los Aestari, y los denominados Mente oscura.
Con la caída del Imperio, los elfos que quedaron con vida se dispersaron por el mundo. Aquellos que habían formado parte del ejército del fulgor se refugiaron en el Gran Bosque, al que vincularon desde entonces sus vidas, convirtiéndose en los Sÿenann. Los Aestaris marcharon al continente, a ofrecer sus conocimientos a lo que, con el tiempo, llegaría a ser la Hegemonía de Embersig.
Una guerra civil entre elfos desencadenó su escisión y la creación de facciones diferenciadas, los Sÿenann, los Aestari, y los denominados Mente oscura.
Con la caída del Imperio, los elfos que quedaron con vida se dispersaron por el mundo. Aquellos que habían formado parte del ejército del fulgor se refugiaron en el Gran Bosque, al que vincularon desde entonces sus vidas, convirtiéndose en los Sÿenann. Los Aestaris marcharon al continente, a ofrecer sus conocimientos a lo que, con el tiempo, llegaría a ser la Hegemonía de Embersig.
Las Tribus del Norte han ocupado durante siglos las Tierras Boreales. Los orcos fueron los primeros en hacer de aquellas vastas y gélidas extensiones de terreno su hogar, descendiendo únicamente a las zonas pobladas por otras razas para dedicarse al saqueo.
Los orcos, depredadores instintivos e inteligentes, resultan tan despiadados como la propia naturaleza de la que se sienten parte. Tan viscerales como astutos, cuando la furia bulle en el interior de estos seres enormes, letales y musculosos, su enemigo no tiene ninguna posibilidad.
Imbatibles en terrenos quebrados, cuentan además con el salvaje apoyo de los huargos. Estos animales enormes y voraces, con los que han creado unos vínculos que les permiten ser parte de sus manadas, resultan aliados tan valiosos que pueden cambiar el curso de una batalla por sí mismos.
Las Tribus del Norte han ocupado durante siglos las Tierras Boreales. Los orcos fueron los primeros en hacer de aquellas vastas y gélidas extensiones de terreno su hogar, descendiendo únicamente a las zonas pobladas por otras razas para dedicarse al saqueo.
Los orcos, depredadores instintivos e inteligentes, resultan tan despiadados como la propia naturaleza de la que se sienten parte. Tan viscerales como astutos, cuando la furia bulle en el interior de estos seres enormes, letales y musculosos, su enemigo no tiene ninguna posibilidad.
Imbatibles en terrenos quebrados, cuentan además con el salvaje apoyo de los huargos. Estos animales enormes y voraces, con los que han creado unos vínculos que les permiten ser parte de sus manadas, resultan alia...
Los fieros y encarnizados varank, con sus robustos cuerpos surcados de tatuajes, han perfeccionado los conocimientos adquiridos de sus antepasados: guerreros, saqueadores y balleneros, cuya destreza y ferocidad los han convertido en adversarios tan sanguinarios como implacables.
Siempre que es posible, el principal medio de transporte de los varank es el barco, puesto que con sus embarcaciones se dedican a la piratería, al traslado de tropas, a efectuar expediciones y a atacar por sorpresa pueblos y asentamientos costeros, remontando incluso el cauce de los ríos para alcanzar rincones a los que nadie habría imaginado que llegarían.
Los varank presumen de una baza que los hace únicos: su tótem. Estos guerreros ven algunas de sus cualidades incrementadas por el espíritu del animal que reside en su interior, al que son capaces de despertar por medio de sus tatuajes y sus pinturas de guerra. Los más poderosos y agresivos, que incluso pueden convertirse en ellos, son los Cambiaformas. Estos, transformados en los más peligrosos depredadores de Lindwurm, matan al enemigo de una manera tan despiadada como violenta.
Los fieros y encarnizados varank, con sus robustos cuerpos surcados de tatuajes, han perfeccionado los conocimientos adquiridos de sus antepasados: guerreros, saqueadores y balleneros, cuya destreza y ferocidad los han convertido en adversarios tan sanguinarios como implacables.
Siempre que es posible, el principal medio de transporte de los varank es el barco, puesto que con sus embarcaciones se dedican a la piratería, al traslado de tropas, a efectuar expediciones y a atacar por sorpresa pueblos y asentamientos costeros, remontando incluso el cauce de los ríos para alcanzar rincones a los que nadie habría imaginado que llegarían.
Los varank presumen de una baza que los hace únicos: su tótem. Estos guerreros ven algunas de sus cualidades increm...
Estos seres nacidos de la mezcla de la magia, el fuego y emociones poderosas y persistentes, encarnan en todo momento una única emoción, que domina por completo su personalidad y objetivos.
Son sanguinarios, impulsivos, incontrolables y agresivos. Fácilmente distraídos por el olor de la sangre, son seres de puro instinto con una capacidad intelectual muy limitada, pero sumamente felices en su persecución obsesiva y monotemática de un propósito claro y sencillo.
Son como niños que no pueden evitar verse dominados por la emoción que, literalmente, encarnan. Asesinos que estallan en una risa producto de una alegría pura y sincera.
Carecen de la facultad del habla, siendo capaces únicamente de emitir unos sonidos parecidos a chillidos. Por ello, el nombre de 'gorro rojo' es en realidad el que usan los enanos de Mounthaven para referirse a ellos, y hace referencia tanto a su ansia de sangre como al color de sus crestas.
Estos seres nacidos de la mezcla de la magia, el fuego y emociones poderosas y persistentes, encarnan en todo momento una única emoción, que domina por completo su personalidad y objetivos.
Son sanguinarios, impulsivos, incontrolables y agresivos. Fácilmente distraídos por el olor de la sangre, son seres de puro instinto con una capacidad intelectual muy limitada, pero sumamente felices en su persecución obsesiva y monotemática de un propósito claro y sencillo.
Son como niños que no pueden evitar verse dominados por la emoción que, literalmente, encarnan. Asesinos que estallan en una risa producto de una alegría pura y sincera.
Carecen de la facultad del habla, siendo capaces únicamente de emitir unos sonidos parecidos a chillidos. Por ell...
¡LOS ELEMENTOS!
La magia fluye en Lindwurm auspiciada por la pureza de la estrella Warcrow, que cuanto más se aproxima, más potencia las cualidades mágicas del oricalco. Pero a medida que Warcrow se acerca, el equilibrio del mundo se resquebraja. Los conflictos y tensiones entre las naciones de Lindwurm alcanzan entonces su punto más álgido.
Dispuestas a emplear todas las armas a su alcance para imponerse sobre sus enemigos, la relación y los conocimientos que poseen de la magia son tan distintos como dispares. Sin embargo, todas las naciones la utilizan para la consecución de sus fines y ninguna de ellas se libra de sus efectos
Nadie se libra del terror que provoca la Niebla de Lindwurm. Rojiza y mortal, ha permanecido contenida en algunas regiones como la isla de Assail durante centurias. Pero, en los últimos años, palpita con más intensidad que nunca y surge en los lugares más inesperados.
De ella emergen seres que dejan rastros de brea y sangre allá por donde pasan, enloquecidos y deformes, con una irrefrenable ansia de matar. Las fuerzas siniestras que acechan desde su interior arrebatan la vida a los incautos que la atraviesan o a aquellos que se aproximan allá donde terminan sus brumas. Y cuando avanza voraz y sigilosa sobre una localidad y luego se retira, a su paso no queda nada más que un pueblo fantasma sin el menor atisbo de vida.